UN POQUITO DE... ¡EXPRESIÓN MUSICAL!

¡Hola Familias!


En Diciembre, empezamos y disfrutamos de un taller muy especial. El taller le impartió Picola, una maestra de la granja escuela. En este taller tuvimos la oportunidad de explorar la expresión corporal y la música a través del juego y el movimiento. Fue una experiencia llena de diversión y aprendizaje en la que trabajamos la coordinación, el ritmo y la escucha activa.



La sesión comenzó con juegos de imitación: Picola realizaba movimientos con las manos o los pies y nosotros teníamos que copiarlos. Luego, añadimos un reto extra, si ella movía los pies, nosotros teníamos que mover las manos y viceversa. ¡Nos reímos mucho intentando coordinarlo! Después, en parejas, seguimos ritmos juntos. Os dejo el vídeo de esto por aquí:



Después, en parejas, seguimos ritmos juntos. Luego, todas las parejas formamos un túnel con nuestros cuerpos y nos movimos por el espacio. La última pareja, al quedarse sin sitio, tenía que pasar por debajo del túnel para colocarse la primera. También  dejo un vídeo de esto:


También jugamos con la canción "Había una vez un barquito chiquitito...". Nos organizamos en dos círculos, uno dentro del otro, y cada peque del círculo exterior se emparejaba con uno del interior para seguir el ritmo de la canción con los movimientos. Para hacerlo más emocionante, los círculos comenzaron a girar en direcciones opuestas, y cada vez que cambiábamos de pareja, ¡teníamos que mantener el ritmo sin perdernos! Por aquí os dejo un vídeo:


Pero la música no terminó ahí. Más tarde, creamos nuestros propios instrumentos usando globos con semillas de trigo en su interior. Con ellos, aprendimos a seguir instrucciones musicales: cuando Picola levantaba las manos, el sonido tenía que ser más intenso; si las bajaba, más suave; al cerrar los puños, todos debíamos parar.


También nos dividimos en dos subgrupos para jugar con la intensidad del sonido. ¡Incluso Alex se animó a ser el director de nuestra pequeña orquesta!

Con los globos también hicimos otra actividad muy especial: un peque o peca se tumbaba en el suelo y, en pequeños grupos, la rodeábamos mientras alguien dirigía los sonidos, creando un momento mágico y envolvente.

Para cerrar este maravilloso taller, una compañera de Picola nos sorprendió con una canción muy divertida, poniendo el broche final a una experiencia llena de creatividad y emoción.

Los peques disfrutaron muchísimo, explorando su cuerpo y el sonido de manera espontánea. 


¡Os animo a probar algunas de estas actividades en casa y seguir experimentando con la música y el movimiento en familia!

Con cariño,

Lucía 🌟







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